Los ideales pueden no ser verdades; son creencias. Su fuerza estriba en sus elementos: influyen sobre nuestra conducta en la medida en que lo creemos…Lo futuro se identifica con lo perfecto. Y los ideales, por ser visiones anticipadas de lo venidero influyen sobre la conducta y con el instrumento natural de toso progreso humano.
Mientras la instrucción se limita a extender las nociones que la experiencia actual considera más exacta, la educación consiste en sugerir los ideales que se presumen propicios a la perfección.
José Ingenieros